Soy una mujer curiosa, perseverante y profundamente empática. Desde niña sentí un llamado hacia el cuidado y el bienestar de los demás.

Mi sensibilidad, mi forma amable de estar en el mundo y mis valores —verdad, transparencia y honestidad— han sido mi brújula en cada paso.

Durante muchos años viví con ansiedad, depresión y sobrepeso. Me exigía, me desconectaba de mí misma y sostenía todo para todos, menos para mí.
La maternidad marcó un antes y un después: me hizo despertar y darme cuenta de que no quería seguir viviendo en automático.

Ese fue el inicio de mi transformación. Empecé a abrazar mis sombras, sanar mis heridas y reconectar con la fuerza que siempre estuvo dentro de mí.
Hoy acompaño a mujeres que transitan procesos similares, recordándoles que sí, es posible sanar y volver a una misma.